Hace un par de días, La Hermanica mandó esta imagen al grupo de WhatsApp que tenemos con LaMamma con el comentario «así somos nosotras!» y un emoticono de sonrisa con mofletes colorados.
Según lo leí… un escalofrío me recorrió la espalda. ¿En serio? ¿En serio somos así? «y una kk!», le contesté. No creo que ser fuerte consista en aparentar y tapar sentimientos. «Hay que gritar cuando necesitas gritar, estar triste cuando estás triste, mandar a tomar viento al que no merezca tu perdón… y amar en voz alta», añadí. A lo cual ambas respondieron con sorna sobre lo que en realidad necesitaba mi cuerpo… jejejeje…
Bromas aparte (totalmente falsas e infundadas, por cierto…) creo sinceramente que así nos va a las mujeres… empeñadas en ser todo eso que ni somos ni queremos ser, convencidas de que nuestro verdadero poder reside en nuestra capacidad de resignación, de ocultar nuestro sufrimiento, de hacer del «todo va bien» un auténtico modo de vida. Y sin perder la sonrisa, que ahí reside nuestra fortaleza.
Y una m… Seremos fuertes cuando gritemos, lloremos, amemos, riamos, nos rindamos, nos volvamos a levantar y caigamos de frente, con la mueca que corresponda y, sobre todo, sin sentirnos culpables… esa mortificación con la que todavía pensamos que nos vamos a ganar un lugar mejor en el cielo.
La vida es es dura, eso es verdad… Pero maravillosa a partes iguales.
No soy la madre de Caillou 