Siempre me han dado un poco de repelús los “Días Mundiales de”. De lo que sea, me da igual. El de la Mujer Trabajadora, el Del Niño, la Niña, el Del Abuelo, el Del Espíritu Santo… No me gustan. No sé muy bien por qué, pero ni me mueven ni me conmueven. Es más, en mi caso son contraproducentes. Me enfurruño cuando empiezo a recibir lacitos rosas, o verdes, o azules, o negros… y mensajes absurdos que dicen que nosotras podemos con todo…

¡Con todo! ¡Nada más y nada menos!

Pero ayer, 19 de octubre, fue el Día Mundial del Cáncer de Mama. El Día Mundial del Cáncer de la Hermanica. El Día Mundial del Cáncer de la TíaA. Del cáncer de toda nuestra familia.

Pasé todo el día intentando evitar los mensajitos; los directos y los indirectos. Incluso el de la Hermanica, ése en el que deseaba a todas y cada una de las mujeres que se supone que tendrán -o tendremos- que enfrentarse a la enfermedad  a lo largo de su vida una familia como la suya, una familia que les haga sentirse arropadas.

En ésas andaba cuando, a las 17 horas y 12 minutos del 19 de octubre de 2017, me llegó un nuevo mensaje. Éste:

Son seis meses de prórroga. Sólo seis. No parece mucho pero… ¡Es tanto! Que de pronto sentí que me reconciliaba con el mundo. Que me reconciliaba con los Días D. Que le perdonaba a la Hermanica hasta lo de las tildes y las comillas mal puestas.

Así que, a partir de ahora, me declaro fan de los 19 de octubres, que dejarán de ser los Días Mundiales del Cáncer de Mama para pasar a ser nuestro Día Familiar de Nos Toca Vivir, Reír, Soñar y Disfrutar. A pesar del nombre, no es exclusivo. Si tú quieres vivir, reír, soñar, disfrutar y compartirlo con nosotros, pasarás a ser de nuestra familia. Automáticamente.

La bandera será rosa, por supuesto. Pero porque a nosotros nos encanta el rosa, de siempre. Y con “curcurina”, como dice Pequeña Plon, para que brille todavía más al Sol. Himno también tenemos, sólo hay que aprendérselo rápido.

¿Te unes?